martes, 13 de noviembre de 2012

De nuevo... la sonrisa

Hoy después de mucho tiempo he vuelto a sonreir, a soltar una carcajada, y lo más hermoso es que le he sacado una sonrisa a mi hija. En medio de una mañana gris y lluviosa esperando el autobús, la sonrisa ha fluido de nuevo en mi boca. A veces recuerdo el torbellino de persona que he sido, una faceta he tenido aparcada durante un montón de tiempo. Las circustancias de la vida hacen que las personas dejen de ser lo que eran, pero poco a poco hay que resurgir como el ave fénix. Hay que abrirse de nuevo a la vida. Cuesta muchísimo, incluso llegas a pensar que la vida se para contigo.

Cuando en tu alrededor te comentan que hay que tener paciencia, y estas cansada de oír tantas veces la misma palabra, hay que ponerse en la piel de uno para saber el infierno que estás pasando.

Siempre siempre... a la vida una sonrisa.



domingo, 11 de noviembre de 2012

La serenidad

La serenidad... gran virtud. A veces en el día a día y por diversas circustancias nos vemos perdidos, no vemos la salida, pero siempre la hay. Cuando vivimos una gran tormenta en nuestras vidas es complicado encontrar la seneridad. La seneridad no es estar a salvo con la tormenta, sino encontrar la paz dentro de ella.
 
Podemos caer mil veces, pero mil veces estamos obligados a levantarse. La capacidad de resistencia que poseemos es increíble. Cuando pasa la tormenta siempre sale el arco iris, una veces con más fuerza y otras con menos, pero ahí lo tenemos si miramos en el horizonte de nuestra vida.
 
Las personas bellas no surgen de la nada. Son aquellas que han sido naufrágos en numerosas tormentas, que se han ido a la deriva y han sabido salir de las profundidades. Estas personas poseen una apreciación sobre la vida diferente. Son gente de una belleza interior tremenda, con generosidad de corazón, y con una humildad que hace que sean diferentes.
 
La seneridad, la templanza en la vida que todos anhelamos es posible si nos lo proponemos.
 
 
La vida es bella...