Dicen que: "Todo llega al que sabe esperar". Y es cierto, lo que pasa es que queremos darle prisa al tiempo, y ese es el gran error que cometemos. Cuantas veces nos hemos preguntado ¿Es que nunca va a cambiar mi suerte?. La suerte, las situaciones... se encuentra en nosotros mismos el poder cambiarlas, no es fácil pero hay que intentarlo.
Cuando me derrombo en mi sofá, al que le llamo "el muro de mis lamentaciones", hay días que no puedo con mi alma, momentos duros, y una vida que no me ha sido fácil, y es cuando me encuentro a mi misma, en esa soledad, que no es lo mismo la soledad forzada que la soledad que todos buscamos en un momento determinado. Y aunque parezca contradictorio, si la vida me hubiese sonreído más, no sería la persona que soy. Me siento orgullosa de mí. Y es tan importarse quererse como no olvidarnos de que existimos.